Giovanelli: irregularidades intencionales

Por Ramallo Informa







En medio del fin de semana largo, se volvieron a suscitar situaciones cantadas y varias veces denunciadas por Ramallo Informa acerca del pésimo resultado de las tareas de control que realiza el gobierno municipal.Decididos a no actuar si no hay problemas, tras otra denuncia del dueño del alojamiento punta Ramallo, la guardia urbana y sus inspectores procedieron a clausurar el  parador Santino, por exceso de ruidos molestos, a las tres de la mañana, cuando se llevaba  a cabo una fiesta en la playa con motivo del carnaval. Se detuvo la música ante la presencia de 500 personas, pero la fiesta no tardó en volver a su apogeo cinco minutos después que la guardia urbana se llevara las actas de clausura.  Según cuentan desde los alojamientos que se encuentran enfrente a la playa Santino, todo terminó  tipo 6 de la mañana con fuegos artificiales, y por supuesto a ese horario recién se bajó el volumen de la música y  los turistas alojados en los complejos, al fin pudieron descansar.

 

Lo extraño del caso, a estas alturas ya no es raro, es que el parador Santino está clausurado desde hace un mes. Esto deja al secretario del gobierno una vez más a la altura de quien atiende un mostrador en una oficina burocrática a la que nadie le importa si existe y mucho menos demuestra autoridad alguna. 

Cuando se clausuró el parador Cocodrilo y Santino, la clausura de Cocodrilo se levantó dos días después cuando se confirmó en papeles su puesta en regla  (poner en regla el horario de fiestas y la reducción a niveles óptimos del volumen en las noches de viernes). 

UNA LOCURA:

En esa oportunidad pudimos comprobar que la orden de clausura fue para la gilada y fue presentada como un acto heroico de Giovanelli, ante el vocero oficialista a la radio también oficialista de  villa Ramallo. PERO ATENCION,  en forma privada y en comunicación con el concesionario de Cocodrilo, fue el  mismo Secretario de Gobierno quien un día después de hacer su alocución radial, se comunicó con el Parador Cocodrilo donde nos encontrábamos haciendo nuestro trabajo periodístico sobre el tema, y pudimos escuchar la comunicación donde Giovanelli expresaba su pedido a cerca de  que el parador continuara abierto y trabajando normalmente, ya que según aseveró “la clausura  sólo era una cuestión de formalidades“. Por supuesto, tratando de calmar el reclamo del alojamiento Punta Ramallo.

Cocodrilo modificó su volumen las noches de viernes en que realizó fiestas, y no volvió a ser clausurado. Todo esto sucedió hace más de un mes, y desde ese momento el parador Santino, por lo que pudimos chequear, continua clausurado y trabajando, incluso al momento de hacer la fiesta el último fin de semana de carnaval.

 

 

Ese raro concepto del “cumplimiento de su deber”

El secretario de gobierno entiende perfectamente sus deberes como funcionario público, pero no deja de ser un claro irresponsable a la hora de actuar a espaldas o a sabiendas de su superior inmediato, el intendente Santalla. Las clausuras se usan solo  para calmar al que está enojado, en este caso la tomada de pelo es para con los complejos de Cabañas que cuando se quejan, sin mediar inspección de los niveles de volúmenes en las playas, que son fácilmente medibles hoy el día, prefieren clausurar, y por debajo dejan que la joda continúe para algunos, mientras que otros deben cumplir exigencias  a veces hasta ridículas e inútiles.

De esta manera el secretario de gobierno tranquiliza en un claro engaño,  a los dueños de las cabañas con el cuento de “está clausurado”, pero en la realidad, no exige que la clausura sea efectiva, pero esto hasta importaría poco si por lo menos exigieran que cumplan las normas a todos por igual.

 

 





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