El primer fin de semana, sin que la policía prestara su a atención a los coros de Ramallo, se llevaron delante las 2 primeras noches con una pobre afluencia de público.La concesión de este año, como viene arreglando el municipio en los últimos años, fue entregada a Daniel Algacibiur, quien en forma privada invirtió en una cuadra y media de carnavales con poco ruido, pocas luces, pocas propuestas y poca gente.
Los corsos tuvieron un costo de $30 por persona y los comentarios que se vieron reflejados por los asistentes no fueron buenos en su primer fin de semana. El lugar donde se eligió cortar y cerrar la Av. Mitre a fin de concentrar toda la recaudación de venta de entradas, comidas, bebidas y espuma, restó interés a los vecinos, ya que es una zona alejada del centro, sin comercios ni lugares a los que la gente está acostumbrada a concurrir.
Con el cuestionamiento y denuncia de los concejales de Ramallo por la aparente falta de las autorizaciones pertinentes igualmente la secretaría de gobierno no dudo en permitir que se llevara adelante la primera semana de carnavales privados, lo que tampoco contaron con el apoyo policial.
Según explicaron, la policía continuó enfocada en el cuidado de los vecinos, a fin de no descuidar las recorridas que se vienen dando desde hace una semana, momento en el que se reforzaron los uniformados a raíz de la demanda de la gente. Cabe destacar que no se registraron disturbios. Solo hubo dos detenidos por ebriedad según consignaron desde sede policial.
