Al pie de página un video reflexivo. Sabemos hablar pero nos comunicamos torpemente, todos. ¿Cuántas batallas nos ahorraríamos si dispusiéramos siempre de las palabras adecuadas en cada momento? ¿Cuántos errores no se llegarían a dar, ni malos entendidos, ni disputas iniciadas sin fundamento?
La mayoría, con saber hablar se conforma. Gran error que todos –me incluyo primero- cometemos. La comunicación eficaz es lo que permite que realmente nos diferenciemos de nuestros ancestros más remotos. Por eso nuestro cerebro va dotado de materia gris. “Cambia tus palabras, cambia tu mundo”
“Hoy es un hermoso día y yo no puedo verlo” Esto es lo que cambia la percepción de las personas al pasar por delante del cartel. Caen en la cuenta de lo afortunados que son por poder disfrutar de su día sin, tan siquiera, haberlo pensado y reaccionan. Pero, no sólo los ciegos no ven cuan bello es este día. Hay ciegos que ven mucho más allá que muchos otros que no perdieron la fuerza del poder de la visión. Hay más ciegos que caminan y vagan por nuestras ciudades, deprisa, sin tiempo para nada, corriendo en sus vehículos, pisando a quien convenga y se interponga en su camino, que no aquellos que usan el bastón blanco para protegerse. Y es que hay que estar muy ciego, y vivimos rodeados de ellos, para no darse cuenta de que ahora, hoy mismo es un día maravilloso más allá de la climatología, de las adversidades, de los problemas y de todas las circunstancias que podamos alegar. Incluso para aquellos que hayan perdido cualquier ser estimado o cualquier cosa valiosa. Es un día que nos han regalado de vida, con sus penas, con sus tristezas, con sus alegrías, con sus éxitos y con sus fracasos, con sus risas y con sus lágrimas. Y, es que, eso es la vida, un compendio de circunstancias en las que nosotros elegimos continuamente y una de nuestras elecciones es disfrutar o no de la vida que vivimos.
Me queda aún una tercera enseñanza: la generosidad. Otro ‘alguien’ que pasando por delante del ciego, se toma su tiempo y aparca su vida por un instante, sus urgencias, y se detiene para tratar de ayudar a cambiar la vida de alguien a quien no conoce. Ella no ha arrojado ninguna moneda pero, con su actitud, ha dado mucho más de lo que necesitaba el ciego
Que cada cual extraiga sus conclusiones y, si hay más de una interpretación, compartirla con los demás en nuestro espacio de comentarios.